Descubrimiento: El merlense Guillermo Jofré junto a destacados colegas cambiaron la historia
El curador del Repositorio de Zoología y Paleontología Ramón Segura, Guillermo Carlos Jofré, publicó en Europa un trabajo acerca del hallazgo de unas heces fosilizadas, halladas en el partido de Merlo, y que podrían pertenecer a un antiguo felino carnívoro.
La publicación destaca que se trata del primer coprolito de un gran carnívoro del período Pleistoceno Superior de la Región Pampeana.
Si bien estos históricos ejemplares habían sido estudiados a partir de restos óseos, la muestra fue asociada a restos de megafauna y presentaba una longitud de 240 mm y un diámetro máximo de 39,59 mm, coincidiendo con la forma y tamaño típicos de un mamífero carnívoro.
Según el estudio, «el coprolito contiene dos huesos del autopodio de un artiodáctilo y numerosos huesecillos dérmicos de perezosos gigantes terrestres». Asimismo, se descartó su relación con úrsidos, cánidos y pequeños felinos debido a la ausencia de restos vegetales y diferencias de tamaño.
De esta forma, Jofré y sus colegas plantean que de acuerdo a «el tamaño, la forma y las inclusiones óseas, el coprolito descubierto puede atribuirse al Smilodon, un felino dientes de sable de Machairodontinae. Si se identifica correctamente, este coprolito arroja luz sobre los hábitos depredadores de Smilodon».
Respecto a su ubicación, la muestra fue encontrada en «El Paraíso», un sitio bien conocido en la cuenca del río Reconquista, en el partido de Merlo. Allí, Jofré y sus colegas sostienen que se han reportado numerosos restos de una diversa megafauna, entre los cuales se destacan mamíferos medianos como el Glyptodon clavipes, Doedicurus clavicaudatus, Smilodon populator, y otros mamíferos más pequeños, como Reithrodon auritus, Microcavia sp. y Ctenomys sp.
El ejemplar, que se encuentra en la Colección Ramón Segura del Repositorio Municipal de Merlo, consta de cuatro piezas correspondientes a un único coprolito, el cual fue fragmentado al momento de su recolección por Guillermo Jofré.
Además del paleontólogo merlense, el trabajo cuenta con el aval de Ana P. Moreno Rodríguez, Nicolás R. Chimento y Adriel Gentil del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV) del Museo Argentino de Ciencias Naturales «Bernardino Rivadavia», y Federico L. Agnolín, quien además integra la Fundación de Historia Natural «Félix de Azara» y el Departamento de Ciencias Naturales y Antropología de la Universidad Maimónides.
Todos ellos concluyen que el coprolito «con toda probabilidad pertenece a un felino muy grande, probablemente al gato dientes de sable Smilodon populator. El contenido del coprolito incluye abundantes huesos de un perezoso terrestre gigante y un artiodáctilo de tamaño mediano». En caso de que esta atribución sea correcta, podría demostrarse que el Smilodon se alimentaba de «abundante carne y hueso, no solo de megamamíferos, sino también de animales más pequeños, lo que indica que no era un consumidor estricto de mamíferos muy grandes o gigantes, como previamente se había pensado».


Fuente: APBAH
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